DIFICULTAD:

Alta si se sube a Peña Reonda. Media si se hace la alternativa.

DURACIÓN:

8 horas.

DESNIVEL:

850 metros en subida.

CARTOGRAFÍA:

78-IV y 79-I y III del IGN, escala 1:25.000.

DESCRIPCIÓN:

La ruta de Peña Redonda o Reonda coincide con la alternativa propuesta y que va desde el Puerto de Vegarada a Pola'l Pinu. Para subir a Peña Reonda hay que desviarse a la izquierda en la majada Caniella o Caniecha.

El puerto de Vegarada es un alargado valle. El asfalto de la carretera termina junto al mesón de Vegarada y desde allí se comenzará la ruta. Seguimos la pista en descenso con dirección NO y muy pronto se bifurca. Las dos opciones son válidas ya que ambos caminos se juntarán en poco tiempo, en el de la derecha, que pasa al lado de una majada, encontraremos un abrevadero y una fuente. Ambos caminos continuan en descenso al unificarse.

Al sur podemos ver la Portilla de Faro, a la que algunos no han dudado en calificar como “la Brecha de Rolando Cantábrica”. Pasado poco más de un cuarto de hora llegamos a otra bifurcación de caminos con poste indicador. La pista de la izquierda conduce a Rioaller. Deberemos tomar la de la derecha y que va hacia la majada de Caniella y que un poste nos indica y que además está señalizada como sendero PR-AS 31. Marcas blancas y amarillas nos acompañan. Ya se divisa Peña Reonda.

Al poco tiempo encontraremos otra bifurcación, y deberemos tomar la opción de la derecha, ya que la de la izquierda, en descenso, va a una casa. Transitamos por una serie de cabañas, corresponden a la majada del Acebal, y una característica cascada queda a la derecha. La pista nos lleva sin posible error al collado Caniella o Caniecha.

La majada, a 1516 metros, la componen 4 cabañas en pie, 1 derruida que sirve de almacén y una buena fuente de 1957. Caniecha es punto de encuentro de caminos, hay que coger el que sale detrás de la última cabaña en subida, que lleva directamente a la majada de Palmián, a 1517 metros. Si en lugar de tirar hacia arriba se baja el camino da directamente a les foces del río Pino.

La majada esta prácticamente a los pies de Peña Redonda, que se ve altiva por su cara sur, cuenta con una muy buena cabaña, con un fresno al que rodea una corra y una muy buena fuente. De la majada hay que subir el collado de Palmián, para ir encaminándose hacia su murallón para a través de una canal nada definida por su lateral este, sin jitos y como buenamente se pueda alcanzar la cima. Otra alternativa, más corta y directa, pero mucho más complicada, es en lo alto del collado, coger la primera de las canales que se ve y subirla gateando una buena parte de la misma.

Peña Redonda, con 1836 metros, es otra magnífica atalaya, su soledad le da unas vistas únicas de todo su alrededor, pero su dura subida se compensa con las vistas que se disfrutan. A nuestros pies el espectacular Canalón de los Agriles y su hayedo que da las Foces del Pino.

El descenso hay que realizarlo para volver al camino de las Foces del río Pino, en la majada Caniella.

Por un legendario camino de origen romano, se desciende cerca al río en todo momento, encajonándose hasta llegar a la garganta, llama la atención que justo antes del estrecho paso, la vega se abre salpicándose de prados y majadas en un lugar muy guapo conocido como la majada de Les Campes.

Vamos perdiendo altura en rápidas vueltas, llegando a la bifurcación del Pasadoriu (1.000 metros). Este lugar abrigado por los derrumbes de altas paredes rocosas, comienza el desfiladero de las Foces del Pino, imponente desfiladero de roca caliza por el que discurren las aguas del río Valmartín, dejando a su paso numerosas cascadas y ruidosas torrenteras que constituyen un autentico regalo a la naturaleza.

Después de cruzar un par de puentes; uno de piedras y otro de madera; salimos a los espacios abiertos donde tomamos una pista que baja por la derecha del valle en medio de un frondoso bosque de especies autóctonas, nos encontramos con una cabaña en ruinas a la izquierda junto a un “texu” milenario y un poco más abajo la majada y la fuente de la Gavilanceras (870 metros), ya luego siguiendo la pista, se llega al “Molín de Peón”, antiguo molino, restaurado donde existe una piscifactoría.

Aquí, cruzamos el puente y en dirección norte seguimos el curso del río para llegar al pueblo de El Pino (625 metros), final de esta hermosa ruta.