PUNTO PARTIDA:

Collada Llomena (993 metros). Desde San Juan de Beleño se toma la carretera PO-2 Beleño - Puente Vidosa y en constante ascensión hasta la collada Llomena situada en el Km. 7 de dicha carretera.

DIFICULTAD:

Fácil.

DURACIÓN:

5 horas.

DESNIVEL:

561 metros.

CARTOGRAFÍA:

55-III del IGN, escala 1:25.000.

DESCRIPCIÓN:

En esta collada comenzamos a caminar por una pista que sale al NNE, allí mismo hay un panel indicador de esta ascensión que denomina PR-AS 211. Por esa ancha pista de tierra apta para vehículos todo-terreno, por un tramo inicialmente llano y sin desniveles, dejando de lado a nuestra derecha un ramal que se desvía con dirección al collado y la majada de Ovia. Continuamos la marcha de frente, según nos indica el panel señalizador de la ruta. Unos metros más allá nos encontraremos una fuente-abrevadero.

La pista discurre flanqueada por praderías, salteadas por cuadras y pequeñas matas boscosas, disfrutando continuamente de fabulosas panorámicas sobre significativos y emblemáticos lugares: Peña Subes, Sen de los Mulos, Rasu, Luengu, Zorru, Recuencu, Maciédome, Tiatordos, Campigüeños, La LLambría. También podemos contemplar, en la dirección que llevamos, la pequeña Sierra de Excueño, cuya crestería enfila hacia lo alto del Pierzu.

En este tramo, la vegetación que nos acompaña a los lados de la pista se compone de hayas, acebos, helechos, fresnos, abedules y, sobre todos, unos majestuosos robles. La primera mitad de este sector es prácticamente llana para ascender ligeramente en la segunda hasta llegar a la zona conocida como La cantera de Excueñu; en este punto aun se aprecia la explanada que sirviera en tiempos para cargar la caliza extraida para construir las cabañas y cuadras de los invernales de las zonas cercanas.

En la explanada de la cantera y marcado con un “jitu” sale el sendero estrecho que remonta en dirección N una pequeña sierra. Estamos en uno de los tramos más pendientes de toda la ruta.

Subimos monte arriba por una pedregosa ladera de terreno mixto, jalonada de hayas, así como de algunos ejemplares de acebos dispersos en la zona inferior, y espineras. Vamos ganando algo de altura y disfrutando de las mismas vistas panorámicas anteriormente relatadas.

De esta forma nos situamos casi en lo alto de la Sierra de Excueño, en el denominado colláu Llagos (1.226 metros), amplia escotadura que da paso a la espaciosa vega donde se ubica la majada y laguna de Aranga, a la izquierda, que nos ocultan las estribaciones de la propia sierra.

Proseguimos la marcha tomando dirección Norte, por lo alto de la crestería de la Sierra de Excueño, contemplando a la izquierda la amplia vega y en la que podemos distinguir dos pequeñas lagunas. Según avanzamos por el filo de la pedregosa crestería, encontramos restos de antiguas alambradas con fines ganaderos, al tiempo que comenzamos a avistar a lo lejos la majada hacia la que encaminamos nuestros pasos.

Al final de la crestería alcanzamos la planicie herbosa, a modo de collado, donde está ubicada la majada de Cerboes (1.296 metros), en la que aún permanecen en pie tres cabañas de piedra esparcidas por la misma, y donde varios fresnos jóvenes se resguardan bajo los cantiles pedregosos del Cantu las Fuentes.

Por la margen derecha de la cabaña situada más hacia el centro, tomamos un desdibujado sendero por el que ocasionalmente encontraremos alguna que otra marca de pintura senderista, el cual inicialmente va bordeando por la ladera derecha del Cantu las Fuentes para ir progresivamente ganando altura.

Tras remontar toda esta ladera alcanzamos la crestería del cordal, en una zona donde hay una pequeña pradería rematada por algún crestón rocoso al pie del cual se hunde una especie de hoyo a modo de “sumidero”, y en donde aún permanece en pie una espinera.

A partir de este lugar, tomamos como rumbo a seguir la rectilínea cumbrera o crestería del cordal. Vamos poco a poco, pero cómodamente, ganando altura, al tiempo que pasamos junto a un vetusto y solitario tejo, que hundiendo sus raíces entre las peñascas se yergue altivo y poderoso desafiando las ventiscas y el resto de las duras inclemencias meteorológicas de estos parajes, que si bien aún no han logrado dejarlo fuera de combate, no por ello han dejado de hacer mella en su tronco y ramas.

Progresivamente vamos sorteando los crestones que a modo de prominencias jalonan la crestería, comprobando como cada vez tenemos más cerca la silueta de nuestro objetivo: el Pierzu, en el que ya empieza a destacar la figura del mojón geodésico que lo corona.

Tras remontar la última ladera alcanzamos la alomada y amplia cima del picu Pierzu (1.552 metros); montaña de bastante fácil subida que se gana sin peligros y no demasiado esfuerzo.

La cumbre del Pierzu es un balcón que se cuelga sobre el extremo final del cordal del Colláu Zorru, ofreciéndonos un extenso panorama que no debemos dejar de descubrir y recorrer visualmente: hacia el Norte, una corona de montañas formada por los ramales del Cordal de Ponga y la Sierra de Amieva, cierran fértiles vegas y verdes praderías; al Este, el macizo occidental de Picos de Europa en todo su esplendor invernal; al Oeste, el cordal de Ponga; y al Sur, todo el cordal de Colláu Zorru y gran parte de la Cordillera Cantábrica.

La accesible subida meridional del Pierzu contrasta con el espectacular murallón vertical que se abre en la vertiente septentrional. En su cima encontraremos un mojón geodésico y un pequeño buzón de cumbres de acero inoxidable, constituyendo una perfecta atalaya sobre los valles del Sella y Beleño.

El retorno a Collada Llomena lo haremos por el camino por el que hemos subido.

La alternativa mucho más sencilla es:



DIFICULTAD:

Muy fácil.

DURACIÓN:

3 horas.

DESNIVEL:

350 metros.

DESCRIPCIÓN:

La ruta alternativa es común con la aproximación al Pierzu hasta coronar la Sierra de Excueño en el Collao Los Lagos (1.226 metros).

En este collado se encuentra la bifurcación de caminos: el reseñado a la majada de Cerboes y otro que se encamina la majada de Aranga. Devolando el canto de la Sierra de Excueño, al lado del mojón de pastos, baja un camino a contramano. El camino desciende en diagonal a media ladera sobre el valle de matorral y pastizal donde se encuentran las lagunillas.

El camino muere en una collada próxima, que cierra el recóndito valle. Al otro lado de la collada se eleva la cuesta de matorral que culmina en el Canto Aranga (1.334 metros).

El Canto Aranga no es más que una excusa para conocer la majada de Aranga. Sin necesidad de subir al canto, la misma collada que cierra el valle de las charcas, esconde –con mayor aprecio– un apéndice del valle, oculto a miradas de soberbia.

Este hoyo de majada se recoge al abrigo de una barrera boscosa de peña, por la que sólo despunta el Collao Zorro y el Recuencu. Por el Norte la protege la suave loma del Canto Aranga. Una valleja fluye hacia el fondo del pozo, donde se remansa la laguna de la majada de Aranga. En sus plácidas aguas se refleja la lejana puntera del Pierzu. El pozo todavía se hunde más en un sumidero reseco.

Las cabañas se apartan a un lado de la laguna. Aunque hay una muy arreglada, el resto de la majada se va dejando comer por el paso del tiempo. El techo es de losas de piedra, protegidas con una capa de tierra y vegetal. Pero las vigas, viejas, no aguantan tanto peso. Falla la madera y se hunde la cabaña.



Fotos de la salida al Cantu Aranga de Ricardo el03/11/2013 Fotos de la salida al Cantu Aranga de Nardo el03/11/2013 Fotos de la salida al Cantu Aranga de Severino el03/11/2013 Fotos de la salida al Cantu Aranga de Pili el03/11/2013