PUNTO PARTIDA:
En Pendones (790 metros). Situado a 1 Km.del cruce de la Ponteciella, a 10 Kms. de Campo de Caso, en la carretera al Puerto de Tarna. DIFICULTAD:
Fácil.
DURACIÓN:
5 horas.
DESNIVEL:
762 metros.
CARTOGRAFÍA:
54-IV y 79-II del IGN, escala 1:25.000.
DESCRIPCIÓN:
Este recorrido está señalizado como sendero de pequeño recorrido como PR AS-64. Por la parte derecha de esta ruta podemos ascender al Campigüeños a La Carrasca.
Partimos de la localidad de Pendones, interesante aldea encaramada en la ladera de la montaña donde tiene su taller el artesano que elabora madreñas en el concejo y que se haya situada a 10 km de la capital del concejo, Campo de Caso. Desde el aparcamiento se sube al pueblo hasta que encontramos un abrevadero y encima el museo de la madreña. Desde aquí seguimos por la izquierda donde comienza una pista en dirección al depósito de agua, a partir del cual comienza la subida, primero suave y luego algo más dura, entre prados, con abundantes fresnos y avellanos, así como endrinos.
Pronto nos encontramos con un desvio a la izquierda por el que nos vamos. Poco después encontramos otro a la derecha donde abandonamos la pista, iniciando un fuerte ascenso que nos lleva a un bosque de robles y en donde también podemos ver acebos.
El robledal deja paso a un hayedo, propio del Parque de Redes. Como en la mayoría de los hayedos, sobre la corteza y ramas de las hayas hay un conjunto de líquenes que hace que el camino sea de gran belleza. Casi al final del hayedo la pista desaparece durante un trecho, hasta salir del hayedo.
Así, tras una nueva desviación a la izquierda volvemos a la senda, ahora de gran amplitud y que nos lleva a las cabañas del Juacu para llegar a la collada de La Degollada, donde la ruta entronca con la pista que viene desde al área de La Cantera. El itinerario prosigue hacia la derecha, por dicha pista, en dirección a la bella majada del Juacu, donde al abrigo de las peñas aún se conservan algunas cabañas de pastores. Cerca de las cabañas encontramos cardo y el zurrón, planta esta última consumida como verdura en épocas de hambre.
Desde El Juacu se deja la pista y nos vamos hacia la izquierda por un sendero por el que continuamos ascendiendo ya duramente en dirección al Collau Capiella, lugar de alta montaña maravilloso y encantador, tallado entre el Picu la Senda y el de La Carrasca, que tiene una cabaña-refugio y donde con un poco de suerte se pueden atisbar los rebaños de rebecos que por allí pastan. Constituye este punto un privilegiado mirador desde el que disfrutar de fantásticas vistas del Parque Natural de Redes, con el Cantu l´Osu y el Puertu Tarna al sur; el Tiatordos y el Maciédome al este; y el valle de Orlé y la collada de Arniciu al norte.
Luego de un merecido descanso en el collado, comienza el descenso hacia el valle de Capiella, surcado por el reguero del mismo nombre, hasta alcanzar el fondo del valle donde confluyen las aguas de la Capiella y el Ríu Orlé. En este tramo se debe estar muy atento a las señales de la ruta para no despistarse.
El itinerario discurre ahora, parejo a las aguas del Ríu Orlé y que debemos cruzar varias veces, a la sombra de frondosos bosques de hayas, hasta llegar a la vega de Busterosu donde están las cabañas y praderias de Conforcos, donde a la derecha se conserva aún un antiguo refugio de cazadores en un entorno precioso que nos hace evocar los paisajes alpinos suizos. Antes de llegar vemos un desfiladero a mano derecha y que conduce a la foz de Melordaña. Prosiguiendo la andadura en la misma dirección se alcanza luego la majada de L´Acebal, situada en un hermoso y verde rellano. También aquí, a la derecha, aún se conserva un antiguo refugio de cazadores. Al lado del camino podemos ver algunos acebos. Ante nosotros podemos contemplar las laderas del Porrón de Valdunes, con robledales, hayedos y abedulares.
A partir de L´Acebal, la senda se transforma en un bonito camino empedrado que desciende junto al río, cruzándolo en los puentes de Vallumasaltu y Vallu los Turoneros. No resta más que proseguir por la pista que, dejando siempre a la izquierda el río y por un bosque, donde abundan castaños, arces, fresnos, avellanos, robles y sauces, al lado del río, alcanza la localidad de Orlé, aldea típica que merece la pena visitar y que constituye el destino final de esta completa e interesante ruta.